Cambalache porquero

Como una variante de un proverbio bíblico no me resisto a relatar que “como
anillo de oro en jeta de puerco es el efebo (político) que carece de discreción”.
Siguiendo un himno oficioso argentino, el célebre tango cambalache, uno de
sus versos reza “el que no llora no mama, y el que no roba es un gil”. Himno
llameante e indisimulado en el subconsciente de la mediocre casta política que
habita las instituciones públicas hispanas y andaluzas en particular.
Hastiados de gaznápiros lloriqueantes y suplicantes del voto, del que todo va
a cambiar cuando ellos lelguen, que los malos son los otros, y recitando la misma
cantinela hasta que llegan al poder, para pregonar que España va muy bien (para
ellos claro). Sin embargo la realidad es la contraria. Eso sí, ese lloriqueo de hastío
para mamar de la teta pública y en llegando al poder, como la inflación real supera
el 20% hala, a jalarse un aumento de más de un 20% de salario, como el Excmo Sr. D.
José Moreno Bonilla, presidente de la Junta de andalucía por lotería (pasaba por allí
como fiel escudero amortizado de Soraya Sainz de Santamaría y ganó). Pues este
efebo gaznápiro, se acaba de subir el sueldo como presidente del Consejo de
Gobierno (Dietas y gastos de protocolo aparte) con sólo los votos del PP (tienen
mayoría absoluta) de los 71.667 euros anuales a los 87.332 euros. Es decir, un 21,85
%. Y junto a él, otros 269 altos cargos más para yantar de la mamandurria del erario
público; total si el dinero público no es de nadie (Carmen Calvo dixit).
Mientras tanto, esta mañana, los trabajadores maltratados física y
económicamente desde hace ya casi más de 8 años de lo que se conoce como
Escuela Centro Andaluz de Formación Integral de las Industrias del Ocio de Mijas, o
Ciomijas, anunciado en google como “Centro de Referencia Nacional de Hostelería”,
han visto como un recorte de la Administración de Monsieur Bonilla, les ha quitado
de golpe la antigüedad y les ha recortado el sueldo, cercenando un derecho
consolidable inviolable como es el salario. Recorte de salario a estos trabajadores, y
subida de un 22% para los mangutas que viven en las alturas de los árboles frutales
de Jauja. Paralelamente, al conjunto de funcionarios (la mayoría de ellos al contrario
de lo reflejan los medios trabajan, o si no que se lo digan a los médicos de atención
primaria, a maestros y profesores o sanitarios), sólo se les ha subido este año un 2%,
Sin embargo, si cogemos la inflación interanual de diciembre de 2022 a diciembre de
2023 en el INE, nos sale un 3,1% claramente maquillado, por cuanto que los
productos básicos (que seguramente no tienen el mismo valor de ponderación
estadística en la cesta de la compra para el IPC) han atenido un aumento vertiginoso
y exponencial. La leche ha subido un 40%, el aceite de oliva un 100%, y así
podriamos seguir de forma imparable. Es decir, pérdida constante de poder
adquisitivo.

El problema no es que la letra y la música del tango cambalache la tengan
asimilada e internalizada nuestros efebos políticos. No es que el que no robe es un
gil, si no que el que vota a estos mangantes es un gil al cubo. O cambiamos esto, o
en no poco tiempo nos quedaremos en un erial de miseria donde los gobiernos de
Nigeria y Kenia van a ser modelos privilegiados de forma de gobierno en
comparación a este surrealista sistema político que “gestiona” nuestros intereses
(algunos de los que se han subido el sueldo están en los papeles de Panamá con
cuentas millonarias s u nombre y de sus mujeres). Estos protagonistas que se ponen
medallas (sin haber movido un dedo por los demás), con la facilidad con la que
mienten, tendrán la retirada de oro de los portadores de anillos del mismo metal, en
esa jeta de puerco indisimulada, que lucen en las tribunas de oradores y lugares
públicos. Si quien está al frente no predica con el ejemplo, o predica el ejemplo del
latrocinio y se consiente, algo mal estamos haciendo, y en todo caso seremos
cómplices si nos dejamos engañar o peor aún, conocemos y no denunciamos.

Por Pedro Pérez Blanes

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