Una solución para Cataluña y España

Los gobiernos legítimos de Cataluña y España no plantean hoy soluciones a sus ciudadanos, lo que les produce frustración y aviva pasiones nacionalistas enfrentadas.

Por Félix Gil, Periodista

El bloqueo político que los partidos mantienen se traslada así a las más altas y decisivas instituciones, por lo que los ciudadanos estamos obligados a ofrecer salidas en Cataluña y España.

Para ello, en Cataluña debe fijarse un objetivo más allá de las protestas por las sentencias. El que mayor consenso viene recibiendo es la celebración de un referéndum.

En España, el marco de las leyes vigentes resulta insuficiente, por cuanto incluso el referéndum más elemental, el consultivo del artículo 92, carece del desarrollo mediante Ley Orgánica que ese artículo enuncia en su apartado tres, ya que la pomposamente llamada Ley de Modalidades de Referéndum de 1980 se hizo deprisa y corriendo para dotar de marco legal al referéndum andaluz del 28 de febrero de ese mismo.

Así pues, un acuerdo posible debe empezar porque en Cataluña y España el referéndum consultivo sea posible, lo que exige la reformulación de la Ley de 1980.

CATALANES ANTE EL REFERÉNDUM

Desde el independentismo se viene invocando la celebración de un referéndum como fórmula para separar Cataluña de España.

Pero el independentismo apenas constituye una porción de la sociedad catalana y, ya que otras partes de la sociedad no independentistas también reclaman la celebración de un referéndum, es evidente que la modalidad consultiva puede tener una mayoría social detrás. Con la ventaja de que una consulta no decisoria reflejará mucho mejor la realidad de la sociedad catalana que la situación actual, donde se da o quita carta de naturaleza a la del 1 de octubre de 2017 por la mitad de la gente.

Celebrado un referéndum consultivo en Cataluña sobre independencia sí o no, sabremos si hay una mayoría social en ese territorio a favor de una opción. Si gana el NO, tema cerrado por cinco años. Si gana el SI, la Constitución ofrece una solución tortuosa que la hace inviable en la práctica, por lo que requerirá cambios esenciales, adoptando alguna de las tres soluciones existentes: federal, consociativismo (ver Instituto Elcano ) o confederal.

ESPAÑOLES CONSTITUCIONALISTAS

La regulación del referéndum consultivo que mandata la propia Constitución no debería ser un obstáculo para los partidos que se dicen constitucionalistas pero que, al olvidarse de su desarrollo legislativo desde hace ya casi cuarenta años, tratan de INTERPRETAR la Constitución en un sentido restrictivo y patrimonialista, ya que con ello lo que evidencian es que ABORRECEN lo que la Constitución establece en su artículo 23, que los ciudadanos pueden “bien directamente  o a través de representantes” intervenir en las decisiones políticas.

Los partidos políticos son ya una enfermedad del sistema democrático español reconocida por el cuerpo social. Pero es una enfermedad de la que podemos sanar: basta que les despojemos de los poderes que nos USURPAN, como decidir por referéndum en los temas importantes.

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